En estas fechas en las que las Navidades están a la vuelta de la esquina y en los supermercados ya podemos ver el cuidado despliegue de dulces típicos de estas fechas, no está de más tener en cuenta y recordar buenos hábitos alimenticios que nos ayuden a mantenernos sanos y en forma, orientándonos sobre todo en estos días, que seguro que para muchos de nosotros se nos antojan caprichosos en la alimentación.
Seguir una dieta saludable, en definitiva, nos hace tener una vida mejor, por eso en Aprendum queremos darte algunas claves de buenos hábitos alimentarios, que te ayuden a mantener o aumentar tus niveles de energía en cualquier actividad física o mental de tu día a día.
Beber abundante agua es un clásico y, a pesar de que muchos de nosotros somos conscientes de ello, no lo llevamos a la práctica. Se recomienda beber una cantidad de 8 vasos de agua diarios. El motivo de tal ingesta de H2O no es otro que la limpieza y purificación de nuestro organismo, como consecuencia se eliminan toxinas y se digieren mejor los alimentos al acelerar el proceso metabólico (que nos puede ayudar a bajar de peso). Además, hace que nuestra piel y cabello se vean luminosos e hidratados, no hay que olvidar que el cuerpo humano está compuesto por el 65% de agua, y necesitamos reponerla.
Consumir alimentos ricos en fibra como hortalizas, frutas, cereales integrales (pan, pasta, arroz…) frutos secos y legumbres es fundamental en nuestra dieta, en especial para promover una adecuada función intestinal. Pero además, la ingesta de fibra se asocia con una menor incidencia de enfermedades intestinales y cardiovasculares. Se recomienda ingerir en torno a 14 gramos de fibra por cada 1.000 kcal ingeridas.
Las grasas son nutrientes esenciales en la dieta, pero su consumo debe ser moderado. La gran mayoría de grasas que ingieras deben ser grasas saludables. Las grasas saturadas o grasas “trans” presentes en la “comida basura” son perjudiciales para nuestro organismo, aumentan el colesterol, elevan el riesgo de infarto, diabetes y obesidad. Prioriza el consumo de aceite de origen vegetal, preferiblemente el aceite de oliva virgen.
Limitar la cantidad de sal en las comidas, ayuda a no retener líquidos y mantener una presión arterial normal para evitar sufrir hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. Un truco para reducir su uso es sustituirla por especias y condimentos saludables en las comidas.
El dicho de “a nadie le amarga un dulce”, no es motivo de preocupación, pero los excesos en este tipo de alimentos sí lo son, debido a que pueden desembocar en hiperglucemia o, lo que es lo mismo, en niveles de azúcar en sangre elevados. Esto sucede cuando el cuerpo no es capaz de producir insulina, necesaria para que la glucosa en la sangre pueda entrar en las células del cuerpo y utilizarse como fuente de energía. Evitar el alcohol y ciertos alimentos muy azucarados, o sustituir el azúcar refinado por miel puede ayudarte a conseguir bajar los índices de azúcar en sangre.
Si pones en práctica estos hábitos alimentarios saludables y te preocupas por la dietética y la nutrición te sentirás mucho mejor a corto plazo y tu organismo te lo agradecerá con el paso de los años. Además seguro que la recuperación post navideña ¡no será tan dura!